François Fillon, el hombre que a priori menos contaba en las primarias de la derecha francesa, se alzó ayer con el triunfo en la segunda vuelta al obtener el 68% de los votos frente al ex primer ministro Alain Juppé, al que arrasó. Una semana después de acabar con las posibilidades del expresidente Nicolas Sarkozy, el ganador celebró una "victoria de fondo, que ha roto con todos los escenarios escritos de antemano".

"Es una victoria construida sobre mis convicciones. Desde hace tres años recorro Francia con mis convicciones y mi iniciativa ha sido comprendida por los franceses", se felicitó el ex primer ministro de Sarkozy, ya convertido en el candidato de la derecha gala a las presidenciales de 2017.

Fillon ha conseguido armar un discurso a la vez rupturista y sumamente tradicional -de enfoque ultraliberal en lo económico y conservador en lo social- con el que promete reformar Francia. Un discurso que él mismo no duda en calificar de "radical".

Juppé reconoció su derrota y felicitó a Fillon. "El resultado no está a la altura de mis esperanzas (...). Felicito a Fillon por su amplia victoria y le apoyo desde esta noche, le deseo buena suerte y la victoria el año que viene", dijo el actual alcalde de Burdeos al comparecer ante sus seguidores.

De su lado, el expresidente de Francia Nicolas Sarkozy felicitó al candidato de la derecha y le deseó buena suerte en el "combate político" que le espera. "A nuestra familia política le ha llegado la hora de unirse en torno a François Fillon para garantizar la alternancia, que Francia necesita más que nunca en 2017", escribió en su cuenta de la red social Twitter.

La afluencia a las urnas había crecido en torno a un 4,5% a media tarde respecto a la registrada en la primera vuelta. Algo más de 2,92 millones de personas habían votado para elegir al candidato de la derecha a las 17.00 horas, a dos del cierre de las mesas electorales.

Entre tanto, el primer ministro francés, Manuel Valls, aseguró que decidirá en los próximos días si se presenta candidato para las primarias de la izquierda, y no excluyó enfrentarse al presidente, François Hollande, en caso de que éste también lo haga, pero negó que quiera meterle presión.