El presidente electo de EEUU, Donald Trump, anunció hoy que se desvinculará de sus empresas para centrarse "por entero" en sus tareas de gobierno, un plan que detallará el 15 de diciembre, pero que por el momento no rebaja las suspicacias sobre posibles conflictos de intereses.

Al frente de los negocios internacionales de Trump Organization quedarán sus hijos, directivos de la empresa, pero que no obstante han mantenido un papel muy cercano en el equipo de transición a la Casa Blanca y que previsiblemente seguirán siendo habituales en los pasillos de la mansión presidencial, cuando el nuevo presidente tome posesión el 20 de enero.

En una cadena de mensajes por Twitter, Trump dijo que comparecerá en diciembre acompañado de sus hijos, que han estado estrechamente vinculados tanto al negocio inmobiliario que le permitió al magnate neoyorquino acumular su fortuna como a la campaña electoral que le dio la Presidencia.

La rueda de prensa permitirá "analizar el hecho de que dejaré mi negocio en orden para dedicarme por entero a dirigir el país con el fin de hacer a Estados Unidos grande de nuevo", agregó Trump, retomando el lema de su campaña.

"Aunque no estoy obligado por ley, creo que es visualmente importante, como presidente, para no incurrir de ninguna manera en un conflicto de intereses", indicó Trump en la red social.

Por el momento la oficina del presidente electo no ha dejado claro qué forma adoptará esa independencia de los intereses empresariales del conglomerado Trump.

Jason Miller, portavoz de la oficina del presidente electo no aclaró en una llamada telefónica si Trump utilizará el procedimiento que en el pasado han adoptado otros mandatarios estadounidenses: el "fideicomiso ciego", en el que se colocan activos financieros para que sean gestionados fuera del control del interesado.

Abogados expertos en ética política han recomendado que Trump se deshaga de todos sus activos en la Trump Organization y se los regale a sus hijos adultos, Eric, Donald Jr. e Ivanka, además de ceder las labores de gestión a estos.

Según ha sostenido el exjefe de ética del expresidente George W. Bush, el abogado Richard Painter, transferir la gestión a sus hijos no es suficiente para que el presidente elimine las suspicacias sobre los conflictos de intereses.

Sin una desvinculación también financiera cualquier conversación en la que se mencionen los negocios de la Trump Organization pueden levantar críticas de conflictos de interés.

No obstante, la Constitución prohíbe a Trump inhibirse en decisiones de gobierno, por lo que el presidente estadounidense es el único funcionario del país que no está obligado por ley a desprenderse de sus negocios o activos, pese a lo cual es tradición que los mandatarios pongan distancia al llegar a la Casa Blanca.

En su rueda de prensa diaria, el portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest, recordó a Trump que existe "una oficina de ética en el Gobierno" que se encarga de supervisar que no hay conflictos de interés, un papel que también corresponde al Congreso y a la prensa.

Trump será el primer presidente es la historia estadounidense que no haya ocupado nunca antes un cargo electo o un puesto militar y su inexperiencia -y la de muchos miembros de su equipo de gobierno- podría llevarle a ponerle en riesgo de críticas de conflicto de intereses que podría complicarle su mandato.

Los abogados expertos en ética presidencial temen que el comportamiento de Trump en el gobierno y los negocios pueda ser interpretado como un quid pro quo o una manera de adquirir acceso mezclando asuntos de gobierno con negocios.

El flamante Hotel Trump de Washington se sitúa en un edificio alquilado por parte de una agencia gubernamental, además la Trump Organization tiene en el Comercial Bank of China uno de sus mayores inquilinos, mientras que los negocios internacionales del conglomerado inmobiliario pasan por Filipinas, India o Argentina.

En casos como el de Argentina, las empresas de Trump están a la espera de licencias en Buenos Aires y una concesión, así sea por motivos totalmente objetivos, puede levantar sospechas de favoritismo.