Los países miembros de la UE dieron ayer el visto bueno a la modificación del código de fronteras de Schengen (espacio interior común), para introducir controles obligatorios a todos los viajeros, incluidos los comunitarios, que crucen las fronteras exteriores de la UE. La propuesta inicial la presentó la Comisión Europea en diciembre de 2015, en respuesta al aumento de la amenaza terrorista en la Unión.

Aunque los Estados miembros están obligados a someter a controles sistemáticos a los nacionales de terceros países, realizando comprobaciones en las bases de datos correspondientes, la legislación vigente no prevé que esas verificaciones se apliquen a las personas que disfrutan de libertad de movimiento bajo la legislación europea. Tampoco contempla en la actualidad los controles de salida.