El presidente electo de EE UU, Donald Trump, ha propuesto para dirigir la Agencia de Protección Ambiental (EPA, por sus siglas en inglés) al fiscal general de Oklahoma, Scott Pruitt, un negacionista confeso del cambio climático, firme opositor a las leyes de regulación en materia de medio ambiente y persona considerada próxima a empresas de hidrocarburos. Organizaciones ecologistas criticaron la elección asegurando que es como poner "a un pirómano a combatir incendios".

"Durante demasiado tiempo, la EPA ha gastado dólares de los contribuyentes en una agenda descontrolada y antienergética que ha destruido millones de trabajos", argumentó Trump en un comunicado difundido por su equipo de transición para anunciar el nombramiento.

El propio magnate, partidario de impulsar las explotaciones de carbón y el "fracking", ha discutido la veracidad del cambio climático ("un engaño de los chinos") y ha esgrimido la posibilidad de sacar a EE UU de los acuerdos climáticos de París de 2015.

Mientras, otro de los elegidos por Trump, el general retirado James "Perro Loco" Mattis, que ocupará la secretaría de Defensa, ha asegurado que EE UU, que cuenta con unas 4.500 cabezas nucleares, tiene un arsenal excesivo si lo que se pretende es que sea disuasorio y no ofensivo.

"Debemos determinar cuál es el papel de nuestras armas nucleares. ¿Tienen una simple función disuasoria? Si es así, deberíamos explicarlo. Eso nos ayudará a determinar cuántas cabezas nucleares necesitamos", ha dicho. Mattis es partidario de eliminar los misiles desplegados en tierra, por considerarlos menos seguros en caso de falsa alarma que los instalados en aviones o submarinos.