La quema de seis autobuses destinados a la evacuación de civiles chiíes en las localidades sirias de Fua y Kefraya volvió a dejar ayer en el aire el plan para evacuar a miles de personas de los barrios rebeldes de Alepo oriental.

La operación de evacuación de Alepo se reanudó tras dos días de bloqueo, pero quedó estancada horas después sin que ningún vehículo pudiera salir de la ciudad con civiles o con milicianos, según informó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Los autobuses que entraron en Alepo, quince según la ONG y 25 según la agencia oficial siria "Sana", salieron vacíos de la ciudad.

En el incendio de los autobuses que debían evacuar a los chiíes falleció el chófer de uno de ellos, según el Observatorio. Irán, aliado del dictador sirio Bachar al Asad, había condicionado a la evacuación de esas dos localidades, donde se esperaba retirar de 3.000 a 4.000 personas, el reinicio de la operación de Alepo.

El pasado jueves, la Media Luna Roja y la Cruz Roja afirmaron haber sacado ya de Alepo a unas 10.000 personas, muchas de ellas en condiciones graves. Se estima que quedan otras 40.000 por evacuar.

El Consejo de Seguridad de la ONU votará hoy, lunes, una resolución sobre la evacuación de Alepo, después de que ayer sus quince miembros negociaran un texto de compromiso. "Hemos encontrado terreno común para un proyecto de resolución basado en el texto francés", dijo a la prensa el embajador galo ante Naciones Unidas tras más de tres horas de consultas. Francia había planteado un proyecto para que personal de la ONU pueda coordinar y supervisar las evacuaciones de Alepo, un documento que iba a votarse ayer, aunque finalmente no se hizo por la negativa de Rusia a aceptar algunos de sus puntos. La oposición de Rusia, que tiene poder de veto en el Consejo de Seguridad, garantizaba el fracaso de la iniciativa si se sometía a votación.