El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, decidió ayer no echar más leña al fuego de su enfrentamiento con EE UU y suspendió la aprobación de 492 nuevas viviendas en asentamientos ilegales en la zona palestina de Jerusalén. La decisión llegó después de que el pasado viernes el Consejo de Seguridad de la ONU aprobase -con la crucial abstención de EE UU- una resolución que incluye una dura condena a los asentamientos ilegales israelíes y pide su cese "inmediato" y "completo". La resolución culmina ocho años de enfrentamientos entre Netanyahu y la administración Obama a propósito de las colonias.

La paralización ordenada ayer por Netanyahu se considera sólo un compás de espera hasta la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, el próximo 20 de enero. Sin embargo, y aprovechando que todos los focos estaban puestos sobre el movimiento del primer ministro, el ayuntamiento de Jerusalén aprobó casi a escondidas la construcción de un edificio de cuatro plantas en el corazón del explosivo barrio palestino de Silwán.

Estos acontecimientos se produjeron horas antes de que el secretario de Estado de EE UU, John Kerry, pronunciase el que se supone será su último discurso sobre Israel y la cuestión palestina. En él, Kerry defendió la solución de dos estados para el conflicto de Oriente Medio. "No debemos perder la esperanza en la solución de los dos estados, porque no hay otra alternativa viable", dijo el mandatario en una comparecencia en la que justificó la decisión de su país de no vetar la resolución 2334 del Consejo de Seguridad. Kerry aseguró que el gobierno de Obama tomó la decisión de abstenerse para preservar el principio de los dos estados, que, dijo, se encuentra en "grave peligro".

El jefe de la diplomacia estadounidense criticó al actual gobierno de coalición de Netanyahu, que respondió a la resolución con invectivas contra EE UU y convocando a los representantes en Tel Aviv de todos los países -entre ellos España- que apoyaron la resolución. Kerry se preguntó cómo se puede alcanzar la paz "si las partes ni siquiera han mostrado la voluntad de reunirse".

Las reacciones al discurso de Kerry fueron negativas tanto por parte israelí como por los actores palestinos que se pronunciaron. "Tal y como lo fue la resolución que Kerry promovió, su discurso ha sido sesgado contra Israel", afirmó Netanyahu. "Durante cerca de una hora, ha hablado de forma obsesiva sobre los asentamientos y apenas ha tocado las raíces del conflicto: la oposición palestina a un Estado judío cualquiera que sean sus fronteras", dijo.

Desde el lado palestino, Hamás, que controla la franja de Gaza, descalificó la intervención, asegurando que "no contiene nada nuevo" y que "no altera en nada la política". El grupo radical islámico afirmó que quiere ver "un cambio verdadero en la política exterior estadounidense, un camino en el que deje de respaldar la ocupación y sea honesto con el pueblo palestino".

También llovieron las críticas desde EE UU, donde el presidente electo, Donald Trump, aseguró, respecto a la resolución de la ONU, que no se puede permitir que Israel sea tratado con "tanto desdén y falta de respeto", y anticipó que subsanará la cuestión cuando llegue a la Casa Blanca. "¡Manténte fuerte, Israel, que se está acercando el 20 de enero!", agregó Trump en un tuit.