El ministro de Exteriores español, Alfonso Dastis, anunció ayer que con la toma de posesión de Donald Trump como presidente de EE UU comienza hoy una nueva etapa en la que España abrirá "un diálogo permanente" con Wshington, ya que "no es tiempo de discrepancias" sino de apostar por lo que une a ambos países.

El jefe de la diplomacia española se mostró convencido de que una vez que Trump tome posesión y pase un tiempo apoyará una UE integrada y estable, tal y como lo han hecho todas las administraciones estadounidenses. El Ministro añadió que no cree que Trump vaya a trabajar "para poner en peligro a la UE" y muchos menos "en connivencia con Rusia".

Entre tanto, el Gobierno de Pekín, envuelto en fuertes tensiones retóricas con Trump, de quien es una de las bestias negras, consideró que China y EE UU "deben ser amigos y socios, y no competidores y enemigos. Deberíamos mantener nuestro compromiso para aumentar la cooperación y los beneficios", dijo una fuente oficial. La fuente consideró muy positiva la relación que el presidente saliente, Barack Obama, y su homólogo chino, Xi Jinping, han logrado construir en estos últimos ocho años. "Cuando China y EE UU trabajamos juntos, podemos conseguir mucho", dijo.