El 45.º presidente de EE UU, Donald Trump, continúa su frenética carrera de decretos para ir poniendo en marcha sus promesas electorales. Ayer le tocó el turno al prometido muro con México, una valla fronteriza de la que, desde que Bill Clinton la inició en 1994, se han construido mil kilómetros. Trump quiere ampliarla hasta los 3.000 que mide toda la frontera común, con la pretensión de que sean México o los inmigrantes mexicanos -con impuestos sobre sus remesas, se ha afirmado- quienes lo paguen.

Trump firmó el decreto (orden ejecutiva) para destinar fondos federales a la construcción del muro, aunque apenas dio precisiones sobre cuándo se iniciarán los trabajos ni sobre las modalidades de financiación. "Tan pronto como podamos, tan pronto como podamos hacerlo físicamente", afirmó Trump en una entrevista con la cadena ABC. "Yo diría que en meses, sí. Yo diría que en meses, (aunque) ciertamente la planificación va a comenzar de inmediato". El próximo martes, Trump recibirá en la Casa Blanca al presidente mexicano, Enrique Peña Nieto.

El decreto sobre el muro se acompañó de otro para negar fondos federales a las "ciudades santuario", que protegen a los indocumentados de la deportación al negarse a facilitar a las autoridades federales información sobre el estatus migratorio de los detenidos. Nueva York, Los Ángeles y Chicago están entre ellas.

Además, los principales medios de comunicación adelantaron que Trump tenía previsto firmar ayer mismo decretos para suspender el programa de acogida de refugiados y para prohibir la entrada de inmigrantes llegados de países conflictivos (Siria, Libia, Somalia, Irán, Irak, Somalia y Sudán). Los medios aseguraron que el campo de internamiento de Guantánamo, que cuenta ahora mismo 41 prisioneros, será reactivado.

De igual modo, según "The New York Times" y "The Washington Post", Trump tiene un borrador de decreto que abriría la puerta a que la CIA utilice de nuevo cárceles secretas en el extranjero y en ellas recurra a "interrogatorios reforzados" (tortura), aunque este extremo no es citado explícitamente en el documento que poseen los citados medios. El borrador fue negado explícitamente por el portavoz presidencial, Sean Spicer, en su rueda de prensa diaria.

"Ese no es un documento de la Casa Blanca. No sé de dónde viene o dónde se originó", zanjó Spicer al ser preguntado por él. El documento no tiene sellos o encabezamientos oficiales e incluye tachones y erratas, lo que podría indicar que se trata de una propuesta exploratoria elaborada antes de que Trump asumiera el poder el pasado 20 de enero.

Entre tanto, el Senado ha dado luz verde para que la exgobernadora republicana de Carolina del Sur Nikki Haley sea la próxima embajadora estadounidense ante las Naciones Unidas, con rango ministerial.