La canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente turco, el islamista Recep Tayyip Erdogan, no ocultaron ayer sus diferencias en asuntos como las libertades de prensa y expresión y el control de las olas migratorias en una tensa reunión en Ankara (en la foto). La quinta visita de Merkel a Turquía desde el otoño de 2015 estuvo precedida por la negativa germana a extraditar a supuestos responsables del golpe militar de julio. La canciller dijo que el acuerdo UE-Turquía sobre refugiados "debe seguir vivo", pero hay temor a que Ankara lo ignore y presione a Merkel, que se examina en las urnas en septiembre, desatando una nueva ola de llegadas.