Los laboristas británicos sufrieron el jueves un varapalo electoral en Inglaterra, donde perdieron el bastión de Copeland, en sus manos desde 1935, que ha pasado a manos conservadoras. Es la primera vez desde 1982 que un partido en el poder le arrebata a la oposición un escaño en elección parcial. No obstante, los laboristas retuvieron el escaño de Stoke-on-Trent, que todas las encuestas daban al candidato del UKIP, ya que el "Brexit" se impuso en ella con casi un 70% de apoyo.