La negativa holandesa a permitir que varios ministros turcos hagan campaña para pedir el voto favorable en el referéndum constitucional convocado por el presidente Erdogan tensa las relaciones entre ambos países. Holanda denegó ayer permiso de aterrizaje al avión el ministro de Exteriores turco, Mevlüt Çavusoglu, alegando que su presencia "conllevaría riesgos para el orden público y la seguridad". Posteriormente, la Policía holandesa detuvo a la ministra turca de Familia y Política Social, Betül Sayan Kaya, en Rotterdam. Kaya, cuya comitiva estaba ya en las cercanías del consulado turco, tenía programado un acto público para pedir el "sí" de los turcos residentes en Holanda en el referéndum con el que Erdogan pretende respaldar la ampliación de las competencias presidenciales.

Erdogan aseguró ayer que Holanda actúa con "remanentes nazis y fascistas" e insinuó la posibilidad de adoptar represalias contra los vuelos de diplomáticos holandeses.

La decisión del primer ministro holandés, Mark Rutte, de impedir la reunión de los políticos turcos en Rotterdam se produjo tras dos semanas de presiones de sus colegas de partido y de la oposición, que advirtieron de que un mitin turco en el país "conllevaría riesgos para el orden público y la seguridad". Rutte aseguró ayer que su país "no cederá a los chantajes" de Turquía y anunció que convocará al embajador turco para quejarse de los ataques y críticas que llegan desde Ankara. Turquía protagonizó la semana pasada un incidente similar con Alemania, donde las autoridades cancelaron las intervenciones de ministros turcos.