La primera ministra británica, Theresa May, y la ministra principal de Escocia, Nicola Sturgeon, mantienen una dura pugna por la intención de la nacionalista escocesa de convocar un segundo referéndum de independencia para que el antiguo reino permanezca en la UE -o al menos con un estatuto especial- después de que se consume el "Brexit". Sturgeon anunció esta semana la puesta en marcha de los mecanismos que deben conducir al referéndum y May le afeó el momento escogido. Ayer, la líder laborista, ante el congreso anual de su partido, recuperó la retórica dura y defendió la necesidad de que Reino Unido se presente como un país sin fisuras cuando, a finales de mes, se activen los mecanismos para negociar el "Brexit".