Ni el FBI ni la NSA ni el departamento de Justicia de EE UU han encontrado ninguna prueba de las supuestas escuchas, que según denunció el pasado día 4 el presidente Trump, habría ordenado practicar su antecesor, Barack Obama, en la neoyorquina Torre Trump.

Así lo confirmaron ayer, en una comparecencia ante la comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes, tanto el director del FBI, James Corney, como el de la NSA, Michael Rogers, quien precisó que nunca se pidió al espionaje británico que colaborase en la vigilancia de Trump en la campaña de 2016, en contra de lo afirmado la pasada semana por la Casa Blanca.

Corney, quien aseguró que el FBI ha buscado "cuidadosamente", fue quien explicó que el departamento de Justicia, que dirige el fiscal general, Jeff Sessions, tampoco ha encontrado nada. Aún más rotundo en la forma se mostró el presidente de la Comisión de Inteligencia de la Cámara, el republicano Devin Nunes: "Permítanme que sea claro: sabemos que no hubo escuchas en la Torre Trump", sentenció.

Lo que sí confirmó Corney es que el FBI está investigando, y planea seguir haciéndolo, la supuesta alianza entre Rusia y el equipo de campaña de Trump para que el neoyorquino ganase las elecciones presidenciales del pasado noviembre. El FBI, la CIA y la NSA ya publicaron a finales de diciembre un informe que atribuye a Rusia los ataques a los servidores del Partido Demócrata y los sitúa en una estrategia rusa de desestabilización de las democracias occidentales y en la voluntad de Moscú de favorecer a Trump. Es, sin embargo, la primera vez que el FBI confirma que sigue investigando las denuncias de alianza entre Trump y Moscú, que en febrero provocaron la dimisión del consejero de Seguridad Nacional de Trump, general Mike Flynn.

Las declaraciones de Corney y Rogers fueron contestadas poco después por el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, quien aseguró que Trump no planea retirar sus acusaciones -que diversos medios consideran una cortina de humo para distraer de la conexión rusa- ni disculparse por ellas. Spicer también aseguró que no hay pruebas de la alianza entre el equipo de Trump -que se habría entrevistado incluso con espías rusos- y el Kremlin. Estar investigando un asunto es una cosa; tener pruebas es otra, enfatizó Spicer. Horas antes, Trump negó en Twitter haber establecido cualquier alianza con Rusia y aseguró que esa supuesta conexión fue "inventada e impulsada" por los demócratas para tratar de enderezar "una campaña (presidencial) espantosa".