El presidente de EE UU, Donald Trump, tuvo que rendirse ayer a la evidencia y retirar del Congreso sin someterla a votación su ley para tumbar la reforma sanitaria de Obama, que no contaba con suficientes apoyos republicanos. "Acabamos de retirarla", dijo Trump poco antes de la hora prevista para la votación. "No culpo a Paul (Ryan, presidente de la Cámara de Representantes)", aclaró a "The Washington Post".

"Vamos a tener que vivir con el 'Obamacare' durante un tiempo", se resignó Ryan en una comparecencia ante los medios en la que confirmó que el texto no logró suficiente "consenso", a pesar de haber quedado "muy cerca".

Los republicanos cuentan con mayoría en la Cámara Baja, pero este viernes sólo podían permitirse perder el voto de 21 compañeros, una cifra que todos los medios daban ya por superada desde hace varios días.

Unos 30 republicanos se inclinaban por el voto en contra, bien por considerar la reforma poco ambiciosa o por temor a enfadar a los votantes de su circunscripción. Al frente de las críticas se ha situado el ultraconservador "Caucus de la Libertad", cuyos miembros no consideraban suficiente la contrarreforma.

En declaraciones desde el Despacho Oval, Trump dijo estar "abierto" a intentar otra reforma del sistema de salud en el futuro. El magnate, que sufre así su mayor batacazo en los dos meses que lleva en ejercicio, aseguró que el país "acabará teniendo una gran ley de salud una vez que el desastre del 'Obamacare' explote", en referencia al momento en el que las primas de los seguros médicos puedan alcanzar, dijo, precios desorbitados.

Ryan, por su parte, señaló que ahora el calendario vuelve a estar abierto -"no sabemos cuánto tiempo nos llevará reemplazar esta ley", dijo-, e insistió en que la actual legislación se volverá "todavía peor" con el tiempo. De hecho, auguró que, derogándola, los republicanos le habrían hecho un "favor" a los demócratas y al expresidente Obama. Por el contrario, la líder de la minoría demócrata, Nancy Pelosi, habló de "victoria para el pueblo" de EE UU, aunque advirtió que "la guerra no ha terminado".