La oposición venezolana se lanzó anoche a la calle para protestar por la decisión del Tribunal Supremo de anular la Asamblea Nacional y asumir el poder legislativo, tras acusarla de "desacato" a varias sentencias. Los antichavistas, que controlan la Cámara, denuncian "un golpe de Estado" del presidente, Nicolás Maduro, y ayer reclamaron la intervención del Ejército.

El Supremo falló el miércoles que mientras la situación de "desacato" de la Asamblea continúe, todos sus actos legislativos son nulos y carecen de validez. El "desacato" comenzó el año pasado después de que el Parlamento incorporara a tres diputados indígenas cuya investidura había suspendido cautelarmente el máximo tribunal a instancias del Gobierno de Maduro.

Los diputados opositores que anoche se habían llegado hasta la sede del Supremo, exigiendo a gritos la sentencia, anunciaron que no la acatarán y llamaron a los ciudadanos a declararse en "rebeldía" ante el "golpe de Estado" que ya antes había sido denunciado por el presidente del Legislativo, Julio Borges. En un discurso incendiario, y mientras rompía en pedazos la sentencia, que tachó de "basura", el líder opositor hizo un llamamiento "de conciencia" a las Fuerzas Armadas para que no sigan "calladas" frente a lo que consideró una "ruptura de la Constitución".

Voluntad Popular (VP), el partido del dirigente opositor preso Leopoldo López, pidió a los venezolanos que retome las movilizaciones en para "imponer la voluntad del pueblo". Perú retiró definitivamente a su embajador tras la decisión del Supremo.