"Vivimos en libertad condicional, pero las dictaduras caen cuando quienes las sostienen comienzan a cambiarse de bando como ya ocurre en nuestro país", manifestó ayer desde México Freddy Guevara, vicepresidente primero de la Asamblea Nacional venezolana y diputado de Voluntad Popular, el partido del encarcelado Leopoldo López, al ser requerida por teléfono su opinión instantes después de que el Tribunal Supremo diera marcha atrás de su insólita decisión de asumir los poderes del Parlamento en un claro golpe de Estado del entorno del presidente Nicolás Maduro para tratar de desactivar la crítica de la oposición, mayoritaria en la institución.

Guevara, curtido en la lucha estudiantil contra el chavismo, se mostró cauto ante la rectificación del Supremo, alabó la "humildad y entereza moral" de la fiscal general Luisa Ortega Díaz, que se desmarcó de su partido para denunciar en una rompedora declaración la "ruptura del hilo constitucional" en el país llanero y arengó a las Fuerzas Armadas para que se pongan del lado del pueblo con el fin de desalojar del poder al presidente Maduro, cada día más acorralado por el rechazo del pueblo, la quiebra de la unidad chavista y la presión internacional.

"El golpe de Estado sigue vigente aún en Venezuela", avisó el joven político, quien valoró que si los magistrados han reculado en apenas 72 horas en su decisión de asumir los poderes del Parlamento ha sido por orden del propio Maduro, que ha visto las orejas al lobo. "Todo esto parece una broma de mal gusto", espetó Guevara, mientras se preguntaba qué habría pasado si en vez de los magistrados del alto tribunal hubiesen sido los militares quienes tras dar un golpe de Estado tuvieran que volver a los cuarteles con el rabo entre las piernas porque el jefe se asustara y decidiera dejar la intentona para mejor ocasión.

"El general que protagonizara ese esperpento tendría que retirarse", se responde, y "eso es lo que debería de hacer Maduro", aseguró convencido de que más pronto que tarde el sucesor de Hugo Chávez tendrá que hacer las maletas para exiliarse del país.

"Maduro sabe que la gente no le quiere y que la comunidad internacional en general le ha puesto fecha de caducidad a su dictadura", añadió Freddy Guevara poco antes de partir desde México a Caracas para participar en la concentración de la Asamblea Nacional convocada en la céntrica plaza Brión de la capital venezolana.

Los venezolanos, prosiguió, "estamos dispuestos a perdonar" a los chavistas que se desmarquen de la "locura" de Maduro. "La Fiscalía que preside Luisa Ortega Díaz ha sido la responsable de que muchos de mis compañeros de lucha se hayan tenido que ir de Venezuela", argumentó, "pero no por eso voy a dejar de reconocer el valor del paso que ha dado ahora la fiscal" al declarar que dos sentencias del Tribunal Superior de Justicia de Venezuela violan el orden constitucional. Ortega Díaz se refiere al fallo 155 del pasado 28 de marzo que anulaba la inmunidad parlamentaria de los miembros de la Asamblea Nacional y el 156 del 29 de marzo que entregaba al Tribunal Supremo las competencias del Parlamento.

"Todas las dictaduras caen cuando los que las sostienen se pasan al otro lado", enfatizo Guevara antes de volver a invitar a los militares a abandonar un barco "que se hunde" sin remedio. "No queremos que saquen los tanques para echar a Maduro de la Presidencia", precisó, "sólo que no colaboren con él", reiteró, convencido de que ya pocas personas creen en un presidente que mantiene contra viento y marea en la Vicepresidencia de la República a un hombre, Tareck El Assami, acusado por Estados Unidos de narcotráfico.

Guevara agradeció en nombre del pueblo venezolano los apoyos recibidos por el PP, PSOE y Ciudadanos, que condenaron con contundencia la decisión del Supremo ahora anulada y echó mano de la ironía al referirse a Podemos, único partido que no ha abierto la boca tras este golpe de Estado. "¡Qué se puede esperar de unos políticos a los que financió el chavismo!", proclamó sin poder explicarse cómo los seguidores de Pablo Iglesias siguen apoyando con sus silencios cómplices "una dictadura" que tiene abandonados, sin alimentos ni medicinas, a sus ciudadanos.