La Policía venezolana disolvió ayer con gases lacrimógenos y chorros de agua a presión una marcha opositora en Caracas que pretendía llegar hasta la Defensoría del Pueblo para pedir su respaldo al proceso iniciado por la Asamblea Nacional para destituir a los siete jueces del Supremo que la semana pasada asumieron las atribuciones de la Cámara, aunque dos días después dieron marcha atrás.

Los antidisturbios se emplearon a fondo contra los miles de opositores que marchaban por la autopista Francisco Fajardo, la principal arteria vial de Caracas. Los manifestantes se enfrentaron a los agentes con piedras y les devolvían los botes de humo.

Paralelamente, miles de partidarios del régimen chavista se movilizaron, también en Caracas, para rechazar lo que consideran un "golpe parlamentario" de la Cámara: el proceso de destitución de los magistrados, a los que la oposición, a su vez, también atribuye un intento de golpe por despojar a la Asamblea de sus atribuciones.

En este clima de máxima tensión en el país, el primer vicepresidente del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela, Diosdado Cabello, advirtió que la oposición no conseguirá un cambio en el país "ni con sangre".