Rusia advirtió ayer de las consecuencias "en extremo graves" para la estabilidad internacional que se pueden derivar del ataque estadounidense a Siria. Fue en el curso de una intensa reunión de urgencia del Consejo de Seguridad en la que EE UU aseguró que está preparado para "hacer más" en Siria, pero confió en que no sea necesario.

"Se trata de una flagrante violación de la ley internacional", afirmó el representante ruso ante el Consejo de Seguridad, Vladimir Safronkov, para quien la agresión de EE UU "sólo puede facilitar el fortalecimiento del extremismo". Safronkov expresó con rotundidad la "fuerte condena rusa de estas ilegítimas acciones" que van en contra de "la soberanía territorial" de un país.

El representante ruso aprovechó para criticar a los gobiernos de EE UU, Reino Unido y Francia por tener "la paranoica idea" de derrocar "al Gobierno soberano de Siria", y echó en cara a esos tres países sus "acciones no diplomáticas".

La intervención del embajador ruso llegó algunas horas después de que el líder del Kremlin, Vladimir Putin, calificase de "pretexto inventado" por EE UU el ataque químico del martes. Según Putin, "era la excusa que estaba buscando Washington para bombardear Siria", algo a lo que, precisó, nunca se atrevió el anterior presidente estadounidense, Barack Obama.

De esa forma, según Putin, EE UU busca "desviar la atención de la comunidad internacional sobre las múltiples víctimas (que se están produciendo) entre la población civil en Irak" con motivo de la ofensiva contra el Estado Islámico en Mosul, donde tropas estadounidenses apoyan a las fuerzas de seguridad iraquíes. La ofensiva de Mosul ha causado al menos 300.000 desplazados y episodios como el reciente bombardeo en el que perecieron 200 civiles por el desplome de un edificio.

Más allá de los ataques verbales, Moscú decidió suspender de inmediato el acuerdo de coordinación militar con EE UU, destinado a evitar incidentes aéreos en Siria, en vigor desde el pasado año. En adelante, los aviones del Pentágono que atacan a diario posiciones yihadistas corren el riesgo de ser objetivos de los antiaéreos rusos.

De hecho, Moscú adelantó sus planes de reforzar la defensa antiaérea siria ante futuros ataques y advirtió de que las baterías antimisiles rusas que garantizan la defensa de las dos principales bases aéreas del país funcionan las 24 horas.

No obstante, a este respecto, fuentes del Gobierno de Washington aseguraron que los canales de comunicación militar entre EE UU y Rusia para evitar accidentes entre las fuerzas de ambos países siguen abiertos. De modo más explícito, las fuentes negaron que Moscú haya cumplido su amenaza de cortar las comunicaciones bilaterales.

En todo caso, Rusia anunció que el próximo martes pedirá explicaciones al secretario de Estado de EE UU, Rex Tillerson, que ese día girará una visita a Moscú ya prevista antes del ataque. "Dejémosle venir a (Moscú) y que explique las cosas extrañas que han hecho", manifestó una portavoz de la diplomacia rusa.

De vuelta a la intensa discusión de la ONU, la embajadora estadounidense, Nikki Haley, afirmó que EE UU ha dado con su ataque "un paso muy calculado". Haley fue quien el miércoles lanzó el primer aviso de que, en ausencia de una resolución de Naciones Unidas que sancionase a Siria por el bombardeo químico de la víspera, los estados quedaban a su entender legitimados para emprender acciones por su cuenta.

La embajadora de EE UU defendió la acción militar de su país y aseguró que Washington no puede mantenerse al margen cuando se utilizan armas químicas, pues considera "un interés vital de seguridad nacional" impedir su uso y expansión. "Nuestro Ejército destruyó la base aérea desde la que se llevó a cabo el ataque químico de esta semana. Estábamos totalmente legitimados para hacerlo", subrayó.

Según Haley, "la mancha moral del régimen de Asad ya no podía seguir sin respuesta" y sus "crímenes contra la Humanidad ya no podían encontrarse con palabras vacías". A su entender, "era el momento de decir basta. Pero no sólo de decirlo. Era hora de actuar", insistió la embajadora estadounidense, quien lanzó una clara advertencia a Siria y a sus aliados ruso e iraní: "Al Asad no debe usar armas químicas nunca más".