China y Corea del Sur se esforzaron ayer por rebajar el nivel de crispación en torno a Corea del Norte desatado por el ataque a Siria del pasado viernes y por la decisión tomada el domingo por Washington de enviar al portaaviones nuclear "USS Carl Vinson" y su flotilla de ataque a aguas próximas a las costas norcoreanas.

Por un lado, el Gobierno surcoreano descartó la posibilidad de que EE UU ataque de modo preventivo a Corea del Norte, al recordar que Washington apoya la vía pacífica que defiende Seúl para resolver la situación en la península coreana. "No hace falta preocuparse", aseguró en comparecencia pública el portavoz del Ministerio de Unificación surcoreano, Lee Duck-hang.

El portavoz insistió en la importancia de mantener la paz y la estabilidad en la península coreana mediante una "solución meditada" para los desafíos que plantea el programa nuclear y de misiles norcoreano.

A este respecto, un responsable gubernamental de Seúl informó de que China y Corea del Sur acordaron ayer que adoptarán sanciones más duras contra el régimen de Corea del Norte si lleva a cabo ensayos nucleares o con misiles de largo alcance. El régimen que lidera Kim Jong-un tiene este abril varios aniversarios por conmemorar y suele aprovechar esas ocasiones para hacer nuevos ensayos nucleares o de misiles de medio y largo alcance.

China pidió, además, a EE UU y Corea del Norte que "actúen con moderación y eviten una escalada de las tensiones" tras el envío del "USS Carl Vinson" a la zona. Washington informó este fin de semana de su decisión, que responde al lanzamiento el pasado día 5 de un misil norcoreano de alcance medio.

El portavoz de Defensa surcoreano, Moon Sang-gyun, consideró que el envío del portaaviones refleja la actual preocupación de Washington por las provocaciones de Pyongyang. El portavoz añadió que las tropas surcoreanas están preparadas para responder a toda "provocación".

Entre tanto, hoy llegará a Moscú el secretario de Estado de EE UU, Rex Tillerson, que no tiene una papeleta fácil después del ataque del viernes a Siria. Tanto Rusia como Irán, los dos principales aliados de Siria condenaron ayer el "acto de agresión" que representa el lanzamiento de 59 misiles "Tomahawk" contra la segunda base aérea del país.

Sin ninguna duda, las autoridades del Kremlin pedirán explicaciones a Tillerson, quien tiene una agenda moscovita muy cargada, ya que además de Siria, tenía previsto abordar con el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, la injerencia de Rusia en las elecciones estadounidenses, destinada a beneficiar al entonces candidato republicano, Donald Trump, y denunciada por la Inteligencia estadounidense.

En el interior de EE UU, el juez Neil Gorsuch juró su cargo como nuevo miembro vitalicio del Tribunal Supremo. Gorsuch, que fue confirmado el pasado viernes por el Senado -por primera vez en la historia por mayoría simple- devuelve la mayoría conservadora al alto tribunal.