Estados Unidos asegura haber acabado con el 20% de la capacidad aérea del Ejército sirio tras el bombardeo que ordenó Donald Trump la semana pasada, y afirma que actuará de manera similar en el caso de producirse otro ataque químico por parte del Gobierno.

Las fuerzas estadounidenses lanzaron el viernes más de medio centenar de misiles de crucero contra una base del régimen de Bashar al Assad en la región siria de Homs, en represalia al supuesto uso de armas químicas durante un ataque en la ciudad de Jan Sheijun, en la provincia de Idlib.

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Jim Mattis, ha destacado en un comunicado que el 20 por ciento de los aparatos han sufrido daños y "el Gobierno sirio ha perdido la capacidad de repostar o rearmar aeronaves". "En estos momentos, el uso de la pista no sirve de nada", ha matizado.

El bombardeo ha tenido también como daño colateral el supuesto fin de la colaboración establecida entre Washington y Moscú para prevenir accidentes en Siria. Rusia colabora con el régimen de Al Assad y no ha dudado en condenar el ataque norteamericano, en el primer gran punto de desencuentro entre los presidentes Donald Trump y Vladimir Putin.

El Gobierno ruso ha dado ya por cancelada dicha colaboración con Estados Unidos, aunque un portavoz del Mando Central norteamericano, John Thomas, ha asegurado que siguen hablando "cuando es necesario". "Tenemos que usar todos los medios necesarios para asegurarnos de que no hay incidentes aéreos", ha explicado en declaraciones a los periodistas.

Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, no descarta autorizar nuevos bombardeos contra el régimen sirio si continúan los ataques con armas químicas, ha avisado el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer.

"La visión de la gente gaseada y destruida por el uso de barriles bomba garantiza que, si vemos este tipo de acciones de nuevo, estamos abiertos a la posibilidad de una acción futura", ha subrayado el portavoz presidencial durante su rueda de prensa diaria.