Sean Spicer, el portavoz de la Casa Blanca, cometió el lunes por la noche uno de sus mayores deslices hasta la fecha. En pleno ardor verbal contra el presidente sirio, Bachar al Asad, sostuvo impertérrito que "ni siquiera Hitler usó armas químicas". Minutos después, las redes sociales bullían de textos que le acusaban de negacionista del Holocausto, ya que difícilmente puede negarse que el Zyklon B, el gas utilizado en las cámaras de exterminio, sea un arma química. Spicer se disculpó, consideró que ha decepcionado a Trump, pero siguió errando al afirmar que, a diferencia de Asad, Hitler no actuó contra su propio pueblo.