China botó ayer su primer portaaviones de construcción propia, el segundo de su Armada, como gesto de fuerza en la crisis regional generada por los cruces de amenazas de EE UU y Corea del Norte. La botadura fue en el astillero de Dalian, a sólo 350 kilómetros de Pyongyang, la capital norcoreana. Según fuentes oficiosas chinas, un tercer portaaviones se está construyendo ya en Shanghái, aunque Pekín no lo ha anunciado aún.

El nuevo portaaviones chino ha sido botado la misma semana en la que un grupo naval estadounidense encabezado por el portaaviones "Carl Vinson" tiene previsto llegar a aguas próximas a la península de Corea, lo que Pyongyang ha considerado una provocación, por la que ha amenazado con una "guerra termonuclear".