La canciller alemana, Angela Merkel, invitó ayer a los europeos a ser los "dueños de su propio destino", porque "los tiempos en los que podíamos confiar plenamente los unos en los otros están tocando a su fin, por lo que he visto en los últimos días", dijo en referencia a la relación bilateral con Estados Unidos.

Merkel aludía con esta frase a su reciente experiencia en las cumbres de la OTAN y el G-7, en las que los líderes europeos han tomado contacto directo con la "realidad Trump" y constatado que la relación transatlántica nunca volverá a ser la misma con el magnate en la Casa Blanca.

El sábado, al finalizar el G-7 en Taormina (Italia), la canciller calificó la reunión de las siete democracias más ricas del planeta como una lucha de "seis contra uno" y admitió que las discusiones en el seno del club habían sido "muy difíciles y muy insatisfactorias".

Alemania, pues, encabeza las críticas al nuevo presidente norteamericano, que, en su primera gira por Europa, acusó a sus aliados de la OTAN de no pagar "lo que deben" por la seguridad que les ofrece Washington, se negó a dar su respaldo al principio de defensa colectiva y bloqueó todo lo que pudo la adopción de acuerdos en la cumbre del G-7, sobre todo en un punto crucial para los europeos: la aplicación del Acuerdo del Clima de París.

En un acto en Múnich que compartió con Horst Seehofer, líder de la Unión Socialcristiana (CSU), su partido hermano, la canciller y presidenta de la Unión Cristianodemócrata (CDU) no dudó en reconocer que "debemos luchar nosotros mismos por nuestro futuro y nuestro destino como europeos". Lo que, "naturalmente", debe hacerse manteniendo una relación de amistad con EE UU y el Reino Unido y con los vecinos como Rusia y otros países, indicó la mandataria.

Sus palabras pusieron el colofón a una jornada en la que otros dirigentes -de su partido y del SPD, con el que forma coalición- lanzaron duras críticas contra Trump. "Lo que hemos vivido en las cumbres no se corresponde, ni intelectualmente ni con el potencial de Estados Unidos, con lo que esperamos de un presidente estadounidense", lamentó el coordinador de las relaciones transatlánticas en el Ministerio de Exteriores, Jürgen Hardt.

"Creo que Donald Trump ha dejado pasar una gran oportunidad para hacer valer una pretensión de liderar el mundo, como realmente se espera de un presidente estadounidense", agregó.

El presidente del Grupo parlamentario del SPD, Thomas Oppermann, fue más allá en sus críticas al considerar necesario revisar la cooperación con los servicios secretos de EE UU, ya que Trump se ha convertido "en un riesgo para la seguridad de Occidente". "La manera en que Trump maneja informaciones importantes es un riesgo para la seguridad de Occidente", dijo Oppermann.

Trump ha sido acusado de haber proporcionado información altamente confidencial, procedente de servicios secretos de aliados, al ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov. Pero el magnate se ha defendido, a través de Twitter asegurando que como presidente tiene derecho a compartir informaciones con Rusia.