El presidente de EE UU, Donald Trump, está aprovechando el atentado de Londres para defender las bondades de su llamado "veto islámico", que pretende prohibir la entrada de ciudadanos de seis países musulmanes y que se encuentra bloqueado en los tribunales, pese a haber sido redactado dos veces. Los dos textos han chocado con la justicia, aunque la segunda paralización está recurrida ante el Supremo.

Trump no ha dudado en atacar a su propio departamento de Justicia (Fiscalía General) y a los "lentos y politizados" tribunales. Para el magnate, fue un error suavizar la primera orden ejecutiva, del 27 de enero, ya que la segunda tampoco convenció a los jueces. En su opinión, lo que tiene que hacer ahora su Gobierno es adoptar una "versión mucho más dura" para combatir el terrorismo.

Trump también cargó, por segundo día consecutivo, contra el alcalde de Londres, Sadiq Khan, por pedir calma a sus conciudadanos. "Patética excusa del alcalde de Londres, Sadiq Khan, que tendría que pensar en su declaración de que no hay razón para estar alarmados", escribió en un tuit.