La reacción de la comunidad internacional frente a la detención de los líderes opositores Leopoldo López y Antonio Ledezma no se hizo esperar. El alto comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad Al Hussein, pidió ayer la "liberación inmediata" de todos los detenidos en Venezuela por ejercer sus libertades fundamentales, y recordó en un comunicado que el Grupo de Trabajo de las Naciones Unidas sobre la Detención Arbitraria considera que los encarcelamientos de López y Ledezma son arbitrarias.

El ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, habló ayer con la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, para pedirle que la Unión Europea adopte sanciones "individuales, selectivas y específicas" contra los dirigentes del Gobierno de Nicolás Maduro.

El Gobierno español propone, de esta forma, medidas de castigo similares a las que Estados Unidos ya ha puesto en marcha. Para Washington, las detenciones de López y Ledezma son "una evidencia más" del carácter "autoritario" del régimen venezolano. Como respuesta, el Gobierno estadounidense sancionó directamente al presidente Maduro, al que calificó de dictador. Estas sanciones consisten en la congelación de los activos que pueda tener bajo jurisdicción estadounidense y la prohibición de toda transacción financiera en el país.

Las Fuerzas Armadas venezolanas, por su parte, ratificaron su "incondicional apoyo" y "lealtad" al mandatario chavista ante las sanciones impuestas por la administración estadounidense.