El Gobierno británico publicó ayer un documento en el que reclama que tras el "Brexit", previsto para marzo de 2019, se evite restablecer las fronteras internas en la isla de Irlanda. La pretensión de Londres ha sido aplaudida por el Gobierno de Dublín, que, sin embargo, reclama precisiones adicionales.

Los puestos de control entre la provincia británica del Ulster y el resto de la isla fueron eliminados a finales del pasado siglo a raíz de los acuerdos de paz del Viernes Santo (1998), aunque ninguno de los dos países está integrado en el espacio europeo sin fronteras, el llamado "espacio Schengen".

La reclamación de una Irlanda sin fronteras es la segunda de las grandes propuestas hechas por Londres con vistas a la tercera ronda negociadora con Bruselas, prevista para finales de este mes. El lunes, el Ejecutivo de Theresa May desveló su pretensión de que el "Brexit" vaya seguido de un periodo de transición en el que se mantenga la unión aduanera.

La común pertenencia de Reino Unido e Irlanda a la UE permitió que, en la práctica, la isla pueda ser recorrida de punta a cabo sin tener que detenerse en puesto fronterizo alguno, lo cual contribuye a suavizar el conflicto causado por la división de la isla en 1920, con motivo de la independencia irlandesa.

Sin embargo, el abandono de la Unión por Londres plantea nuevos problemas ya que, de aceptarse la reivindicación británica, cualquier ciudadano o mercancía comunitaria podría acceder a Irlanda sin trabas y, de ahí, en caso de no restablecerse la frontera interirlandesa, al resto del territorio del Reino Unido. Con todo, Bruselas es plenamente consciente de los peligros que conllevaría para el proceso de paz una restauración de las fronteras internas.

El Ejecutivo británico quiere, por otra parte, que los norirlandeses sigan conservando su derecho de nacimiento a la doble nacionalidad británica e irlandesa, una cuestión que también comenzará a plantear problemas a partir de la consumación del "Brexit".

La cuestión irlandesa es una de las tres claves de la actual negociación entre Bruselas y Londres, junto a la cuantía de la factura que deberá abonar el Reino Unido para hacer frente a sus compromisos plurianuales previos y al futuro estatuto de los comunitarios residentes en el Reino Unido y de los británicos residentes en la UE. Bruselas reaccionó ayer a la demanda británica de un periodo de unión aduanera transicional advirtiendo que no lo abordará hasta que no se avance de modo "suficiente" en estas otras cuestiones, que estima primordiales.