Un decreto publicado en el Boletín Oficial francés obligará, a partir de hoy, a que toda persona que compre en Francia materiales con los que se puedan fabricar explosivos sea identificada con el objetivo reforzar la seguridad y la lucha contra el terrorismo en el país.

Con esta medida, el Ejecutivo de Emmanuel Macron pretende evitar, entre otros, la fabricación de triperóxido de triacetona (TATP), el explosivo usado por el grupo terrorista Estado Islámico conocido como "la madre de Satán", cuya fabricación se realiza con elementos relativamente accesibles al público.

El decreto establece que el registro de compras de los precursores de explosivos, que se pedirá a los comerciantes, debe especificar el nombre, apellido, lugar y fecha de nacimiento y dirección del comprador, así como su documento de identidad, una descripción precisa de la sustancia o de la mezcla y su concentración y cantidad, el uso previsto para esa compra, la fecha y el lugar de la transacción y también el modo de pago.

En caso de no atenerse a la normativa, los vendedores pueden ser sancionados con hasta 1.500 euros de multa. Los datos recopilados, por su parte, estarán en manos de la policía o de la gendarmería francesa, y no podrán ser conservados más allá de cinco años a partir de la fecha de su registro. El texto legal sigue las recomendaciones de enero de 2013 del Parlamento Europeo y del consejo sobre la comercialización y el uso de precursores de explosivos.

La medida tiene como objetivo "prevenir las afrentas a la seguridad pública al limitar y controlar la puesta a disposición de los consumidores de determinadas sustancias o mezclas que pueden ser utilizadas de forma indebida para la fabricación de explosivos".

Francia sigue en estado de emergencia y que ha sufrido en los últimos meses ataques yihadistas contra las fuerzas de seguridad. Entre en 2015 y 2016 sufrió una oleada de atentados que dejó 239 muertos.