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Un asturiano en el epicentro del temblor

Jaime Cuesta Fanjul, entrenador en el Zacateca, vivió el terremoto de México en Morelos, donde "familias enteras se han quedado sin nada"

El asturiano Jaime Cuesta, entregando alimentos. J. C. F.

México no consigue despertar de la pesadilla provocada por el terremoto del pasado martes, que se repitió con menos intensidad el sábado, y que provocó más de 300 víctimas mortales. Y en medio de todo ese sufrimiento, las labores de búsqueda entre los escombros y de reparto de víveres, mantas y útiles de higiene no cesan. Es a esta tarea a la que está dedicado desde entonces el asturiano Jaime Cuesta Fanjul, exjugador del Real Oviedo y del Langreo y en la actualidad entrenador en el club de fútbol Zacateca. Vivió en primera persona el seísmo desde el mismo epicentro, en Morelos.

"Habíamos estado entrenando y el equipo ya estaba en la ducha cuando todo empezó a temblar, a moverse. Se abrió una brecha enorme en el vestuario. Salimos corriendo, y la suerte fue que no estábamos en un edificio, sino a ras del campo. Los destrozos han sido enormes", relató Jaime Cuesta en conversación telefónica con LA NUEVA ESPAÑA.

"El nivel de destrucción es impactante. Aquí, en Morelos, y en Puebla, donde estuvo el epicentro del terremoto, son muchísimas las familias que se han quedado sin nada. El problema es que se niegan a ir a albergues porque tienen miedo al saqueo de lo que haya entre las propias ruinas", explicó.

Ante esta situación, Jaime Cuesta decidió que tenía que ayudar a todas esas personas. Así que más allá de ponerse inicialmente manos a la obra en los rescates, decidió participar en el acopio de víveres, mantas y útiles de higiene para ayudar a aquellos que se quedaron sin nada.

"El estadio de fútbol lo hemos convertido en un gran almacén en el que se recoge y se ordena todos aquellos productos que van llegando tanto de la solidaridad de otros compatriotas como de otros países", afirma.

Cuesta, junto con otros voluntarios, prepara bolsas individuales que luego se cargan en camiones, coches y furgonetas para salir a repartirlas entre la población. "Es la única manera de que lleguen a quienes están en muchos pueblos que han sufrido también el terremoto y que tienen muchas necesidades, pero apenas les llega ayuda porque están en zonas apartadas", explica.

Lo que más le ha llamado la atención, igual que al resto de asturianos que se encuentran en México y han relatado sus historias a este periódico, es la solidaridad de los mexicanos. "Es curioso que sin tener un protocolo establecido para actuar en situaciones como ésta, todo el mundo se ha lanzado a ayudar en lo que sea, como pueda. Y no sólo en las grandes ciudades, sino también para llegar a los pueblos más recónditos. Es sorprendente".

Jaime Cuesta nació en México, pero cuando tenía 5 años se trasladó con su familia a España. Hasta los 17 años vivió en Langreo y a partir de ahí, su carrera profesional se desarrolló a un lado y al otro del Atlántico, entre equipos españoles, como el Real Oviedo, el Langreo, el Alavés y el Toledo; en México, con el Zelaya; en Estados Unidos, en Hungría, y de nuevo a España para volver a México.

Su empeño por ayudar a sus compatriotas le ha llevado a grabar vídeos para utilizar las redes sociales como altavoz y captar ayuda, "toda la que pueda", para repartir. "Ahora hay que afrontar un proceso de reconstrucción que será muy duro, sobre todo para las personas que lo han perdido todo, que aquí son muchísimas", asegura antes de volver a sus tareas de cooperación.

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