La región autónoma iraquí del Kurdistán (norte del país) celebró ayer con alta participación su prohibido referéndum de independencia, entre amenazas del Gobierno de Bagdad de aislar al territorio y el anuncio del envío de tropas a las zonas en disputa, situadas al sur del Kurdistán y con capital en Kirkuk, a las que se extendió la consulta pese a no formar parte de la región autónoma. Las amenazas también llegaron desde el exterior, sobre todo de Turquía, Irán y Siria, en cuyos territorios hay población kurda. Turquía, que reforzó el control en la frontera común y anunció su cierre inminente, amenazó con bloquear las exportaciones kurdas de petróleo y con invadir la región.