La canciller alemana, Angela Merkel, abrió ayer con la bávara Unión Socialcristiana (CSU) su primera ronda de contactos exploratorios para formar una coalición de gobierno tras las elecciones del pasado 24 de septiembre, que ganó sin conseguir una mayoría suficiente para gobernar en solitario. Como primer acercamiento, la Unión Cristianodemócrata (CDU) de la canciller habrían alcanzado un acuerdo con los conservadores bávaros para limitar a 200.000 los inmigrantes que aceptará el país cada año.

Merkel, presidenta de la CDU, recibió en la mañana de ayer al presidente de la hermanada CSU, Horst Seehofer, presidente también del estado de Baviera, para un encuentro que ambas partes preveían largo por las diferencias que les separan. "¿Os habéis traído los sacos de dormir?", preguntó en la puerta de la sede de la CDU en Berlín a los periodistas y fotógrafos allí congregados el cabeza de lista de la CSU en las pasadas elecciones, Joachim Hermann. El encuentro tuvo lugar apenas 24 horas después de que la canciller anunciase por primera vez que iba a tratar de formar una coalición de gobierno sumando a conservadores, liberales y verdes.

Pese a concurrir juntas a las elecciones, las diferencias entre la CDU y la CSU en los últimos tiempos son evidentes, especialmente en materia de inmigración, por la crisis de los refugiados y del auge de la ultraderecha, que hace replantearse su posicionamiento a los conservadores bávaros. Un primer acercamiento entre ambas formaciones se centraría en este asunto crucial y consistiría en limitar a 200.000 los inmigrantes que aceptará el país al año. Fuentes conservadoras explicaron ayer a Reuters que el acuerdo incluye el número de 200.000 inmigrantes admitidos por motivos humanitarios, aunque no se establece como "límite máximo".

La cifra incluye los extranjeros que lleguen al país por reunificación familiar, pero en ningún caso se impedirá la entrada en la frontera, por ir en contra del derecho de asilo que garantiza la Constitución alemana.

CSU y CDU acordaron además, según las mismas fuentes, impulsar una ley de inmigración en la que tengan prioridad aquellos llegados con la cualificación que requiere el mercado laboral alemán. El consenso es el resultado de unas siete horas de conversaciones entre representantes de ambas formaciones. Falta aún alcanzar una posición común en cuestiones como pensiones o Europa, aunque la inmigración se presentaba en principio como el principal escollo.

El bloque conservador que apoya a la canciller obtuvo en los pasados comicios el 32,9 por ciento de los votos, una mayoría insuficiente para formar un gobierno estable.

Tras la decisión de los socialdemócratas de marchar a la oposición, por cosechar su peor resultado electoral desde 1949, la única coalición viable es un tripartito entre conservadores, liberales y verdes. Nadie cuenta con la ultraderecha, pese a quedar tercera. Esta coalición, denominada "Jamaica" por los colores con los que se identifica a los partidos implicados, es una alianza inédita a nivel federal, con el problema añadido de las diferencias programáticas entre los cuatro partidos implicados. "Quiero que se forme", dijo la canciller respecto a la coalición, al tiempo que reconoció que las negociaciones serán "difíciles" pero necesarias para formar un "gobierno fiable".

El líder de Los Verdes Cem Özdemir ve de forma favorable el primer contacto de Merkel con la CSU porque "Alemania necesita un buen gobierno", pero advierte a los conservadores que no disponen de todo el tiempo del mundo. Una coalición "Jamaica" es posible, "si podemos encontrar terreno común", señala.