El secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, advirtió ayer en Ginebra que el presidente sirio, Bachar el Asad, y su familia no tendrán rol ninguno en el futuro del país. Estados Unidos, anunció Tillerson, "quiere una Siria completa y unificada" en la que "Asad no jugará ningún papel en el Gobierno". Es más, el jefe de la diplomacia estadounidense proclamó: "El reinado de la familia Asad está llegando a su fin". El único asunto pendiente, agregó, es "cómo se debe conseguir eso".

Para Tillerson, el único motivo por el que las fuerzas de Damasco han logrado cambiar el rumbo en la guerra, después de más de seis años de conflicto armado, es "el respaldo aéreo que han recibido de Rusia". Irán, el otro aliado principal del régimen de Asad, no debería recibir ningún crédito por la derrota del Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés), ya que es un "perdedor", añadió.

El secretario de Estado tenía previsto reunirse ayer con el enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura, en el único encuentro de alto nivel que el jefe de la diplomacia estadounidense en el marco de su visita en Ginebra.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, auguró la semana pasada que tras la toma de Al Raqa por la alianza kurdo-siria, podía comenzar un periodo de transición en Siria que llevase finalmente a la paz. La ONU dijo que la próxima ronda de negociaciones de paz arrancará en Ginebra el 28 de noviembre y la presentó como "el momento de la verdad" para lograr un arreglo que ponga fin a la guerra.