El jefe político del movimiento islamista palestino Hamás, Ismail Haniye, prometió ayer "sangre por sangre" y "destrucción por destrucción" tras la muerte de nueve milicianos el lunes en el bombardeo israelí de un túnel que era construido desde el sur de Gaza hacia Israel. El ataque hebreo se produce en pleno proceso de normalización de relaciones entre las dos grandes facciones palestinas, Hamás y Al Fatah, que tiene el control de la Autoridad Nacional Palestina (ANP).

A pesar de defender una respuesta violenta, Haniye sugirió que la venganza se dejará para más adelante porque ahora las facciones palestinas están volcadas en el proceso de reconciliación con el que quieren liquidar diez años de división política.

Dentro de este proceso, Hamás devolvió ayer el control financiero y aduanero de los puestos fronterizos de Gaza a la ANP. "Esto es una preparación para el traspaso oficial de los puestos fronterizos, que se formalizará mañana (por hoy)", explicó una fuente oficial de Hamás, la facción que durante la última década ha tenido el control exclusivo de la Franja de Gaza.