Miles de iraníes se congregaron ayer frente a la antigua Embajada de EE UU en Teherán, en el 38.º aniversario del asalto a la legación por estudiantes islámicos, para advertir al presidente Trump que, al igual que en 1979, no sucumbirán a amenazas ni a sanciones. La conmemoración estuvo marcada por la escalada de tensión desatada por la nueva política antiiraní de la Casa Blanca y por sus amenazas de salirse del acuerdo nuclear firmado entre Irán y la comunidad internacional en 2015. "Mantén la calma y cierra el pico, Trump" o "Vete al infierno" eran los lemas de las pancartas más difundidas, en las que se mostraba la boca del presidente cerrada con una cremallera o su cabeza empezando a ser pasto de las llamas. Cientos de miles de personas asistieron a un desfile militar en el que se presentó un nuevo misil.