Irlanda pone trabas al avance de la negociación del "Brexit". El Gobierno de Dublín ha advertido en los últimos días que podría vetar el paso a la segunda fase de las discusiones -para definir la futura relación comercial del Reino Unido con el bloque- si Londres no aporta una solución "creíble" para evitar que la frontera entre el territorio irlandés y la provincia británica de Irlanda del Norte se convierta en una frontera "dura".

El eurocomisario de Agricultura, el irlandés Phil Hogan, se refirió ayer sin tapujos a esa posibilidad en una entrevista con el semanal británico "The Observer", en la que promete que Dublín "jugará duro hasta el final" para evitar que se establezcan controles fronterizos en la frontera.

Sin embargo, el Gobierno de Theresa May ha dado largas con este asunto, y mientras parece haber aceptado que ya es hora de presentar una oferta monetaria en concepto de factura por la salida del bloque, continúa reclamando que la cuestión fronteriza quede entre los asuntos que se discutan en la segunda fase de las negociaciones.

"Si Reino Unido o Irlanda del Norte continúan en la unión aduanera de la UE o, mejor aún, en el mercado único, no habrá problema por la frontera. Es una cuestión muy simple. Me fascina la fe ciega que ponen en Londres sobre un hipotético acuerdo de libre comercio", confesaba ayer el comisario Hogan.

En respuesta, el ministro británico de Comercio Internacional, Liam Fox, insistió en que no se puede resolver la cuestión de la frontera hasta que se alcance un acuerdo comercial Reino Unido-UE. Bruselas, por su parte, advierte que no se abrirán las negociaciones comerciales hasta que se logre un acuerdo sobre el "Brexit" y en cuestión de días.

"No queremos que haya una frontera dura, pero Reino Unido va a abandonar la unión aduanera y el mercado único", dijo Fox en declaraciones a un programa de Sky News. Londres sí estaría dispuesto a un acuerdo especial para Irlanda, pero antes considera necesario concretar la relación comercial bilateral.

Excepciones

"Siempre hemos tenido excepciones para Irlanda, tanto en derechos de voto como en los derechos de residencia en Reino Unido. Siempre hemos aceptado una cierta asimetría y así será en cualquier acuerdo que lleguemos con la Unión Europea, pero no podemos lograr una respuesta final a la cuestión irlandesa hasta que tengamos una idea del status final", dijo Fox.

La espinosa cuestión colea desde el viernes, cuando el ministro de Exteriores de Irlanda, Simon Coveney, advirtió que los Veintisiete no podrán pasar a la siguiente fase de la negociación con el Reino Unido, a lo largo del mes de diciembre, si el Gobierno de May no esclarece cómo se impedirá la vuelta a una frontera dura en la isla.

"No vamos a permitir que una frontera reemerja en la isla de Irlanda y tenemos la responsabilidad compartida con el Reino Unido para garantizar que esto no ocurre", sentenció Coveney.