Hamás llamó ayer a empezar una tercera intifada para responder a la decisión de EE UU de reconocer a Jerusalén como capital de Israel. El jefe político del movimiento islamista, Ismail Haniye, pidió que el de hoy sea "un día de ira" y el comienzo de una nueva revuelta que bautizó como la de "la liberación de Jerusalén".

Sin embargo, las protestas convocadas ayer en Cisjordania, Jerusalén Este y Gaza ya arrojaron un saldo de medio centenar de heridos. Desde la Franja, además, las milicias palestinas lanzaron al menos tres cohetes contra territorio del Estado judío.

El Ejército israelí identificó "dos lanzamientos" desde Gaza que hicieron saltar las alarmas de los consejos regionales de Hof Ashkelon y Shaar Haneguev, en sur de Israel, aunque al parecer los artefactos cayeron en el interior de la Franja y no traspasaron la frontera, según un comunicado castrense recogido por "Efe".

Posteriormente, un tercer proyectil sí traspasó la frontera e impactó en el sur de Israel. Las fuerzas hebreas respondieron atacando posiciones palestinas con un tanque y un avión.

Entre tanto, el Pentágono se declaró "listo" para hacer frente a cualquier ataque contra las embajadas y consulados estadounidenses en protesta por la decisión tomada el miércoles por el presidente, Donald Trump, que rompe un consenso internacional de décadas sobre la delicada cuestión de la capitalidad de Jerusalén.

La legación norteamericana en Ammán (Jordania) ya suspendió el miércoles sus servicios públicos rutinarios en previsión de las protestas que pudiera acarrear la decisión de Trump.

Y precisamente el rey de Jordania, Abdalá II, celebró ayer un encuentro con el presidente palestino, Mahmud Abás, para prometerle que preservará el estatus histórico y legal de Jerusalén. El monarca jordano instó a las potencias occidentales y árabes a rechazar la decisión del magnate a fin de evitar "pasos unilaterales que podrían tomar otros Estados" respecto a la cuestión.

Pence "no es bienvenido"

La facción Fatah, de la que Abás es miembro y que controla la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en Cisjordania, advirtió que el vicepresidente de EE UU, Mike Pence, "no es bienvenido" en su territorio. Pence fue facultado el miércoles por Trump para viajar a la región y "explicar" a las partes en conflicto la decisión de reconocer la capitalidad de Jerusalén.

De hecho, como la víspera, Washington intentó amortiguar el impacto de su decisión insistiendo en que el traslado de embajada que lleva aparejado "no pasará de un día para otro".

En el capítulo de reacciones, el presidente ruso, Vladimir Putin, y el turco, Recep Tayyip Erdogan, mantuvieron una conversación telefónica en la que se mostraron muy preocupados por la decisión de Trump. Horas antes, Erdogan había dicho que el reconocimiento de Jerusalén como capital de Israel "es lanzar la región a un círculo de fuego". Arabia Saudí tachó a Trump de "irresponsable". El mismo calificativo que empleó Emiratos Árabes Unidos.