El presidente ruso, Vladímir Putin, hizo ayer una demostración de la solidez de sus tentáculos en Oriente Medio con una triple y maratoniana visita a Siria, Egipto y Turquía. Moscú había anunciado el viaje a Egipto y Turquía, pero la escala en Siria, sin precedentes desde el inicio de la guerra civil en 2011, fue una sorpresa.

Putin anunció en Siria la retirada de "la mayor parte" de las tropas rusas de Siria, apenas cinco días después de que, el pasado miércoles, el Kremlin proclamase la derrota del Estado Islámico en ese país (ISIS, por sus siglas en inglés), pese a admitir algunos focos de resistencia. El pasado sábado, fueron las autoridades de Bagdad quienes hicieron una proclamación similar respecto a las posiciones del ISIS en Irak.

"A lo largo de dos años y medio, las Fuerzas Armadas de Rusia, en unión del Ejército sirio, han destruido a los grupos terroristas internacionales más potentes. En consecuencia, he tomado una decisión: la mayor parte del contingente ruso regresará a casa", anunció Putin ante los militares de la base aérea rusa de Hamimim (Latakia), y en presencia del presidente sirio, Bachar al Asad.

La intervención rusa en la guerra de Siria, iniciada en septiembre de 2015, ha inclinado la balanza del lado de Asad, hasta el punto de que el régimen de Damasco considera que el conflicto se encuentra en su recta final. Los esfuerzos de Moscú, que con esta victoria ha reforzado su presencia en Oriente Medio, se centran ahora en protagonizar el diálogo que conduzca a la paz. Para ello, mantiene abierto el llamado proceso de Astaná (Kazajistán), con el que pretende desbordar el estancado proceso de Ginebra, auspiciado por la ONU.

Desde Siria, Putin se desplazó a Egipto y Turquía, con cuyos líderes analizó la situación en Siria y la crisis que abre el reconocimiento por EE UU de Jerusalén como capital de Israel.

En El Cairo, Putin y el presidente egipcio, Abdelfatah al Sisi, anunciaron la firma de un acuerdo para construir la primera planta nuclear de Egipto, que se ubicará en Dabaa, en el noroeste del país, y estará financiada por Rusia, que ha construido las plantas iraníes, casi en su totalidad.

En Turquía, en el octavo encuentro del año entre Putin y el presidente Erdogan, ambos líderes anunciaron una cumbre en Sochi (Rusia) para analizar una salida política a la guerra siria, al tiempo que condenaron el gesto de EE UU de reconocer a Jerusalén como capital de Israel.