El Congreso de EE UU negocia contra reloj una prórroga presupuestaria que permita evitar al presidente Trump el llamado "cierre del Gobierno". El plazo límite es la medianoche de hoy, viernes, cuando expira la anterior prórroga, alcanzada en diciembre.

El gran obstáculo para un acuerdo es la inclusión en el Presupuesto, que prevé una importante alza del gasto militar, de partidas relacionadas con la inmigración. Así, los demócratas exigen fondos que permitan regularizar a los "dreamers", los 800.000 inmigrantes que llegaron siendo niños a EE UU y a los que el presidente Obama dio un marco legal de protección que les ha sido retirado por Trump, aunque el decreto presidencial está recurrido ante la Justicia. Por otra parte, Trump quiere incluir en el Presupuesto una partida para la construcción del polémico Muro con México, algo a lo que se oponen numerosos legisladores de ambos partidos.

El Muro propició ayer una de las frecuentes contradicciones entre Trump y sus colaboradores. Su jefe de gabinete, el general John Kelly, afirmó que México jamás pagará el refuerzo de la protección fronteriza y tachó de "mal informadas" algunas de las promesas de Trump durante la campaña electoral. Kelly admitió, no obstante, que la Administración busca introducir la financiación del Muro -un refuerzo fronterizo de unos mil kilómetros- en las renegociaciones del Tratado de Libre Comercio con México y Canadá.

Trump, que estima en 20.000 millones de dólares el precio del Muro, contradijo de inmediato a Kelly, asegurando que el Gobierno de México pagará la protección fronteriza. "El muro lo pagará México, directa o indirectamente o mediante un reembolso a largo plazo, porque tiene un absurdo superávit comercial de 71.000 millones de dólares con Estados Unidos", dijo Trump.