La inminencia del primer aniversario de la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, que se celebrará mañana, sábado, ha propiciado entrevistas y declaraciones que han servido como vehículo para el intercambio de acusaciones y reproches entre EE UU y Rusia. Mientras Trump acusa a Rusia de ayudar a Corea del Norte, el Kremlin se queja del bajo nivel de las relaciones bilaterales y previene a Washington contra una denuncia del tratado con Irán.

En una entrevista con Reuters, Trump asegura que Moscú ayuda al régimen norcoreano a burlar las sanciones impuestas en represalia por su programa nuclear. "Rusia no está ayudándonos con Corea del Norte. Lo que China hace para ayudarnos, Rusia lo hace para socavar nuestros esfuerzos", denuncia Trump, quien ya lanzó acusaciones así en diciembre. En su opinión, lo que China le retira a Corea se lo da después Rusia. Con todo, y pese a alabar las restricciones de Pekín a los suministros de petróleo y carbón a Corea, Trump estima que China aún puede aumentar su presión.

El magnate manifiesta frustración por la actitud que atribuye a Rusia y asegura que esperaba forjar una amistad con Moscú, tal y como había prometido en campaña. Trump aprovecha, eso sí, para apuntar que la falta de colaboración rusa se debe a las investigaciones en EE UU sobre la supuesta injerencia de Moscú en las elecciones presidenciales. Para el magnate, las pesquisas sobre la trama rusa le impiden mantener contacto fluido con el líder ruso, Vladímir Putin, quien "podría hacer mucho", pero no lo hace por este distanciamiento obligado.

El inquilino de la Casa Blanca estima que, pese al diálogo intercoreano, se mantiene la amenaza creciente de Pyongyang, que, precisó, se acerca cada vez más a la posibilidad de alcanzar territorio continental de EE UU con algún tipo de misil balístico. Por ello, Trump considera que EE UU necesita más sistemas de defensa antimisiles. "Sí, sí, lo creo. Estamos ordenando que se dispongan más sistemas de defensa y también más misiles de ataque", dijo.

Desde Moscú, la portavoz del ministerio de Exteriores ruso, María Zajarova, confirmó que la relación bilateral está en momentos muy bajos. "Nuestros pueblos se merecen algo mejor", dijo la fuente, quien denunció "histeria antirrusa" por parte de "las mismas personas que jugaron la baza antirrusa durante la campaña electoral de Hillary Clinton y no pudieron aceptar la derrota".

Sobre uno de los más relevantes espacios de enfrentamiento entre EE UU y Rusia, Siria, el secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, anunció, por su parte, que Washington mantendrá de forma indefinida su presencia militar en ese país como parte de su estrategia contra el terrorismo y para evitar que Irán aumente su influencia en el país.

Moscú también se pronunció ayer respecto a la escalada verbal de EE UU contra Teherán. Su ministro de Exteriores, Sergéi Lavrov, advirtió al Consejo de Seguridad de la ONU que poner fin al acuerdo nuclear con Irán enviaría un "mensaje alarmante" al mundo y afectaría a los esfuerzos para convencer a Corea del Norte de que abandone su programa.