El Gobierno federal de Estados Unidos ha cerrado este viernes a medianoche por primera vez desde 2013 después de que la votación para aprobar el proyecto de financiación a corto plazo fracasara en el Senado debido la falta de acuerdo entre demócratas y republicanos, según ha informado la cadena de televisión CNN.

Se trata de la primera vez que una Administración republicana con mayoría en el Congreso -tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado- se ve obligada a cerrar.

Para dar luz verde a los presupuestos que hubieran evitado el cierre eran necesarios 60 votos a favor, lo que situaba en diez el número de votos demócratas necesarios para aprobar el proyecto republicano,.

El recuento de la votación, que sigue técnicamente abierta, se encuentra en 48 votos en contra y 50 a favor, de los cuales cinco son demócratas (Joe Donnelly, Heidi Heitkamp, Doug Jones, Joe Manghin y Claire McCaskill).

Por su parte, los senadores republicanos Jeff Flake, Lindsay Graham, Mike Lee y Rand Paul han votado en contra de la propuesta, según ha informado el diario local 'The New York Times'.

El líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, y el de los demócratas, Chuck Schumer, se encuentran en el hemiciclo trabajando en un intento por llegar a un acuerdo. Varias fuentes han informado a la cadena de televisión CNN de que las conversaciones están siendo "potencialmente productivas", pero la diferencia de votos es demasiado amplia.

La aprobación de un presupuesto a corto plazo hasta el 16 de febrero, que logró el visto bueno de la Cámara de Representantes este mismo jueves, era clave para evitar el cierre del Gobierno del presidente, Donald Trump.

Republicanos y demócratas han estado negociando durante los últimos días la que sería la cuarta prórroga temporal de la financiación desde que comenzó el actual ejercicio fiscal, en octubre de 2017. Uno de los puntos más controvertidos de las negociaciones gira en torno a la reforma migratoria.

A pesar de que ambos partidos lograron llegar a un acuerdo sobre el programa Consideración de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA, por su sigla en inglés), el magnate lo rechazó dado que "no se ajustaba a sus prioridades".

Tras la votación de este viernes a última hora, la Casa Blanca ha indicado en un comunicado que no negociará el estatus de los 'dreamers' -los cerca de 800.000 inmigrantes que llegaron de forma ilegal al país siendo niños-, "mientras los demócratas utilizan a los ciudadanos legales de Estados Unidos como rehenes para lograr sus temerarias demandas".

Asimismo, la Administración ha aseverado que reanudará las conversaciones sobre la reforma migratoria "cuando los demócratas comiencen a pagar a las Fuerzas Armadas" estadounidenses.