El Gobierno británico de Theresa May accedió ayer a entregar al Parlamento el informe secreto desvelado esta semana que pinta un panorama negro para la economía británica tras el "Brexit", con independencia del tipo de acuerdo alcanzado.

El documento, fechado días atrás, ha debilitado aún más la poisición de May, a la que se acusa de falta de liderazgo en las negociaciones con Bruselas. Según las estimaciones oficiales de Londres, la economía sufriría una pérdida de crecimiento entre el 2% y el 8% en 15 años según el tipo de acuerdo: permanencia en el mercado único (2%), acuerdo bilateral de comercio (5%) o salida sin acuerdo (8%).

Tras una primera reacción a la defensiva del Gobierno, que restó importancia a sus propios datos, los laboristas han dado pasos para forzar al Ejecutivo a entregar el documento. La Comisión del Tesoro de los Comunes también lo ha hecho. En respuesta, una alto cargo del departamento encargado del "Brexit" reculó ayer y anunció que el Ejecutivo no se opondrá a la moción parlamentaria en favor de la entrega del informe, siempre y cuando los diputados tengan acceso a él "de una forma estrictamente confidencial".