El Bundesrat alemán, Cámara Alta del Parlamento, ha acordado este viernes por unanimidad presentar una petición al Tribunal Constitucional para impedir que el neonazi Partido Nacional Democrático de Alemania (NPD) reciba financiación pública, después de los infructuosos intentos para ilegalizarlo.

La ley electoral alemana contempla subvenciones para los partidos políticos en función de los resultados obtenidos tanto en escaños como en votos. La cámara regional del Parlamento quiere dejar fuera al NPD de estas ayudas, con el aparente objetivo de ahogarlo económicamente.

La presidenta de Mecklemburgo Pomerania-Occidental, Manuela Schwesig, ha advertido de que el NPD "ha intentado expandirse en la sociedad civil", por lo que ve necesario tomar medidas. "Seguimos siendo una democracia liberal-demócrata y combativa, pero también somos una democracia capaz de defenderse", ha señalado, por su parte, la responsable del estado de Sarre, Annegret Kramp-Karrenbauer.

El Tribunal Constitucional ha admitido que el NPD persigue objetivos contrarios a la Carta Magna, pero una solicitud previa del Bundesrat para ilegalizarlo, alegando que la representación de la formación era insignificante. La Justicia, en cambio, ha sugerido debilitar al NPD reformando la ley de financiación de partidos un paso que dio el Bundestag (Cámara Baja) en 2017.

Fundado en 1964, el NPD se presenta como "una fuerza patriótica", aunque los organismos de seguridad lo consideran racista, antisemita y revisionista. También se han encontrado numerosos vínculos entre el partido y grupos neonazis violentos.

El NPD, que tuvo su momento álgido en los sesenta, llegó a tener escaños en dos parlamentos regionales y en 2014 logró un eurodiputado, pero nunca ha logrado entrar en el Parlamento nacional en Berlín aunque en 2014. En las elecciones generales del 24 de septiembre sumó más de 45.000 votos directos, su peor resultado histórico.