El líder del Consejo Musulmán de Francia, Ahmet Ogras, instó ayer al presidente francés, Emmanuel Macron, a no inmiscuirse en los modos de organización de la segunda religión de Francia, practicada por cinco millones de personas. El pasado domingo, Macron avanzó que intentará redefinir las relaciones entre el islam francés y el Estado, lo que ha sido interpretado como un aviso de que París controlará más de cerca el funcionamiento de las mezquitas y la selección de los imanes. En campaña, Macron prometió implantar y exigir una licenciatura en teología islámica.