La aerolínea del vuelo que se ha estrellado este domingo en la localidad iraní de Semirom (en el centro-oeste del país) ha confirmado la muerte de las 66 personas (60 pasajeros y seis tripulantes) que viajaban a bordo del aparato.

Tras la búsqueda en la zona donde el avión se estrelló, fuimos informados de que todas las personas a bordo habían perdido la vida", declaró el portavoz de la compañía, Mohamad Tabatabai, a la televisión pública iraní. Entre los muertos hay un niño.

Los servicios de Emergencia, entre ellos los de la Media Luna Roja, han conseguido aproximarse al lugar del siniestro, las montañas de Zagros -una zona, de difícil acceso- en medio de malas condiciones atmosféricas por una fuerte niebla.

El avión, un modelo ATR 72-500, era un vuelo de pasajeros desde Teherán a Yusuj que había desaparecido del radar en torno a las 08.00 (hora local), poco después de despegar del aeropuerto de Mehrabad, de acuerdo con fuentes de la Dirección de Aviación Pública.

El vuelo estaba operado por la aerolínea semiprivada Aseman, con sede en Teherán, y especializada en vuelos domésticos. El responsable de relaciones públicas de la compañía ha confirmado la muerte de todos los ocupantes del aparato a la agencia semioficial de noticias Tasnim.

El aparato se estrelló concretamente en el monte Dena, a unos 500 km de Teherán y a menos de 25 km de su destino, según esta fuente.

El jefe de la organización de la aviación civil iraní, Reza Jafarzadeh, confirmó por su parte el accidente.

Rescate complicado de los cuerpos

Una docena de equipos de rescate de la Media Luna Roja iraní fueron enviados a la zona del siniestro.

"Debido al relieve montañoso de la región es imposible enviar ambulancias", afirmó sin embargo Mojtaba Jaledi, portavoz de los servicios de emergencias, a la agencia de noticias iraní Isna.

Un helicóptero que intentó llegar al lugar del accidente no pudo aterrizar por culpa del mal tiempo, según indicaron los servicios de emergencia a la televisión pública.

Sanciones y embargo estadounidense

El último accidente grave de un avión civil en Irán se remonta a 2014, cuando 39 personas fallecieron al estrellarse una aeronave Antonov 140, de la compañía iraní Sepahan, poco después de despegar del aeropuerto de Mehrabad, en el sur de Teherán.

Tres años antes, en 2011, un avión civil se estrelló en el norte del país dejando casi 80 muertos.

Las sanciones impuestas a Irán durante años por Estados Unidos, la ONU y los países europeos impidieron que las autoridades pudieran adquirir aviones occidentales o piezas de recambio para poner al día la flota civil del país.

La industria de transporte aéreo estaba sometida a un embargo estadounidense desde 1995, lo que hacía imposible que las compañías pudieran comprar aviones civiles o piezas de repuesto. Una parte de su flota quedaba entonces inmovilizada.

Este embargo fue levantado de forma parcial tras el acuerdo en materia nuclear firmado en 2015 por Irán y las grandes potencias (Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia, China y Alemania).

Este acuerdo prevé una suspensión progresiva de las sanciones contra Teherán a cambio de renunciar al programa nuclear militar. Este levantamiento de las sanciones permitirá que las compañías aéreas adquieran nuevos aparatos.

Iran Air, por ejemplo, firmó a finales de 2016 un pedido de 100 aeronaves al constructor Airbus, por un monto de unos 20.000 millones de dólares.

Iran Air y el constructor estadounidense Boeing también sellaron este mismo año su mayor contrato desde casi 40 años, con la compra de 80 aparatos destinados a renovar la vetusta flota iraní.