La Mesa de la Unidad Democrática (MUD), principal coalición opositora de Venezuela, ha anunciado que no participará en las elecciones presidenciales del 22 de abril por considerarlas "fraudulentas" e "ilegítimas", después de que varias facciones del bloque ya se hubiesen desmarcado de dicha cita en los últimos días a título individual.

El coordinador político de la MUD, Ángel Oropeza, ha reiterado su defensa del "acuerdo" propuesto en República Dominicana a principios de diciembre por los ministros de Exteriores de varios países --Bolivia, Nicaragua, San Vicente, México y Chile--, el cual "estipula elecciones presidenciales para el segundo semestre de este año" y una serie de "garantías" que sólo se pueden cumplir si han pasado al menos cien días.

El texto plantea la conformación de un Consejo Nacional Electoral (CNE) "equilibrado", la invitación a observadores internacionales en todas las fases del proceso, el voto exterior, el acceso "igualitario" a los medios de comunicación, la derogación de las inhabilitaciones a políticos opositores y la realización de auditorías técnicas".

"En caso contrario, no cuenten con la Unidad ni con el pueblo venezolano para avalar fraude", ha advertido Oropeza, en una comparecencia ante los medios en la que ha retado al Gobierno de Nicolás Maduro a medirse con la oposición "en unas elecciones de verdad".

La coalición, que ha defendido su "convicción democrática" para hacer frente al "fracasado modelo" chavista, ha lamentado en un comunicado que "el evento prematuro y sin condiciones que se anuncia para el próximo 22 de abril es sólo un show del propio Gobierno para aparentar una legitimidad que no tiene, en medio de la agonía y sufrimiento de los venezolanos".

Por este motivo, ha emplazado a todos los sectores sociales a unirse en un "frente amplio nacional" para reivindicar unas elecciones con garantías, para lo cual la MUD espera "multiplicar" sus reuniones y contactos en los próximos días. También en cuestión de días prevé anunciar las "propuestas básicas" para un gobierno de "reconstrucción nacional".

"La Unidad Democrática ha demostrado su fidelidad al compromiso sagrado de defender a los venezolanos de un régimen sólo interesado en su permanencia en el poder a costa del rechazo y sufrimiento de todo el pueblo. Nada ni nadie nos hará abandonar este compromiso", ha resaltado la MUD, consciente de los "riesgos" que implica su actual posicionamiento.

División interna

Maduro, que en 2013 obtuvo un ajustado triunfo frente al opositor Henrique Capriles --entonces candidato unitario de la MUD--, encara ahora sin rivales la cita de abril, en la que aspira a obtener un nuevo mandato de cinco años ante las suspicacias de gran parte de la comunidad internacional.

Durante una comparecencia en enero ante la Asamblea Nacional Constituyente, un órgano legislativo que solo reconoce el chavismo, el presidente ya advirtió de que habría elecciones pasara lo que pasara, después de avisar de que la oposición estaba "tramando" un plan para retirarse.

La MUD, que unida logró hacerse con el control de la Asamblea Nacional a finales de 2015, ha sufrido en estos últimos meses todo tipo de discusiones internas por la diferencia de opiniones entre los distintos partidos en relación a la forma de actuar frente al Gobierno y, en concreto, por las discusiones sobre la participación electoral.

Los comicios regionales celebrados en octubre ya abrieron un cisma en el bloque opositor, que corre el riesgo de quedarse sin el control de ningún órgano si, como propuso el martes el 'número dos' del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, también se adelantan las elecciones parlamentarias.