Los casi seis meses acumulados de parálisis institucional que lleva Alemania han impedido a la canciller Angela Merkel avanzar en sus planes conjuntos con Francia para la reforma de la UE. Según adelantó ayer la revista alemana "Der Spiegel", Merkel y el presidente francés, Emmanuel Macron, han renunciado ya a presentar sus propuestas comunes en el próximo Consejo Europeo, previsto para finales de mes, ya que necesitan más tiempo para acercar sus posiciones.

El pasado mes de diciembre los dos dirigentes se fijaron la fecha de marzo para hacer una primera presentación de sus iniciativas sobre la eurozona. Sin embargo, el complejo proceso de formación del Gobierno alemán ha interrumpido unos trabajos que ahora, tras la reedición del pacto de coalición entre Merkel y los socialdemócratas, podrán reanudarse. El nuevo Gobierno alemán ya está conformado y el próximo miércoles el Bundestag tiene previsto investirla como canciller por cuarta vez.

"El asunto se ha suspendido", publicó ayer "Der Spiegel" respecto a los planes de reforma europea, citando a un funcionario de la UE encargado de preparar el Consejo Europeo de los próximos días 22 y 23. "Sencillamente no hay nada que anunciar", apostilló la fuente comunitaria.

El retraso acrecienta la impaciencia de Macron, que lleva tiempo queriendo emprender reformas, en particular en la Unión Monetaria y Económica. El presidente francés quiere más Europa y propone, entre otras cosas, un presupuesto y un ministro de Finanzas específicos para la eurozona.

Alemania, sin embargo, se muestra más cauta y quiere tiempo para reflexionar. Por un lado, el hecho de que Finanzas pase de los conservadores a los socialdemócratas, un partido marcadamente europeísta, encaja con los planes de Macron. Sin embargo, Merkel deberá lidiar con el partido ultraderechista y eurófobo Alternativa para Alemania (AfD), tercera fuerza política germana y líder de la oposición en el Bundestag.