Un juez de EEUU autorizó este jueves que prosiga una demanda de los fiscales generales de Washington DC y Maryland contra el presidente Donald Trump, al que acusan de violar la Constitución al aceptar millones de dólares de Gobiernos extranjeros en pagos a sus empresas.

El juez Peter J. Messitte de Maryland rechazó una petición del Departamento de Justicia de EEUU, que representa a Trump, para acabar con la demanda que interpusieron en junio del año pasado el fiscal general de Washington DC, Karl A. Racine, y el de Maryland, Brian E. Frosh, ambos demócratas.

En su fallo, el magistrado determinó que los fiscales pueden legalmente demandar al presidente por sus negocios con el hotel Trump Internacional, ubicado en el centro de Washington y a pocas calles de la Casa Blanca.

En su fallo, el magistrado autoriza a los fiscales a acceder a documentos internos de la Trump Organization, que incluye al hotel y en la que el presidente se mantiene como propietario, aunque cedió el control de sus negocios a un colaborador y a sus dos hijos adultos, Donald Jr. y Eric Trump.

Aunque el juez permitió que la demanda prospere, estrechó su alcance y determinó que los fiscales solo tienen jurisdicción sobre el hotel y no sobre otros negocios del mandatario, como su club Mar-a-Lago en Palm Beach (Florida), porque está demasiado lejos como para tener un impacto directo en Washington DC y Maryland.

Contra esta decisión del juez cabe recurso por parte del Departamento de Justicia de EEUU, en representación de Trump.

Una de las portavoces del Departamento de Justicia, Kerri Kupec, no aclaró si van a presentar un recurso y se limitó a decir que "el caso debería ser rechazado".

Los fiscales aseguran en su demanda que Trump está violando unas provisiones de la Constitución que tienen como objetivo evitar la corrupción del Gobierno y la influencia de poderes extranjeros.

Una de esas provisiones prohíbe a los funcionarios de Estados Unidos aceptar regalos de gobiernos extranjeros sin la aprobación del Congreso.

Desde que Trump llegó al poder hace más de un año, en el hotel se ha celebrado numerosos eventos de gobiernos extranjeros, mientras que el mandatario ha seguido visitando con frecuencia sus clubes privados, incluido el de Mar-a-Lago, que ha pasado a ser conocido como "la Casa Blanca de Invierno".