El expresidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, durmió tranquilo en su primera noche en la celda en la ciudad de Curitiba en la que fue recluido. Estuvo acompañado la mayor parte del tiempo por uno de sus abogados. A doscientos metros de donde se encuentra encarcelado comenzó a levantarse ayer "Lula libre", el campamento con el que los seguidores del líder político y sindical quieren presionar en favor de su libertad. El encarcelamiento de Lula, favorito en las encuestas, hace todavía más imprevisible el resultado de las elecciones presidenciales convocadas para octubre en Brasil. El otro factor que dificulta cualquier pronóstico sobre los comicios es la concurrencia de 16 candidatos.