El bombardeo con misiles, el pasado lunes, de una base aérea siria ha elevado aún más la tensión entre Israel e Irán. El ataque, ejecutado por cazas israelíes, se cobró la vida de 14 personas, entre ellas siete asesores militares iraníes.

Israel advirtió ayer que pagará "cualquier precio que tenga que pagar" para evitar "un arraigo iraní en Siria", porque el Estado hebreo "no tiene otra opción". Así lo afirmó su ministro de Defensa, Avigdor Lieberman, quien añadió que "autorizar un arraigo (iraní) en Siria sería aceptar que Irán nos estrangule".

Desde Teherán, Ali Akbar Velayati, consejero del guía supremo iraní, ayatolá Ali Jamenei, prometió que "el ataque del régimen sionista no quedará sin respuesta".