El presidente francés, Emmanuel Macron, aseguró ayer en una entrevista televisiva que mantendrá las reformas que están marcando su mandato, pese a la resistencias de los funcionarios, las huelgas en los transportes y la creciente caída de su popularidad. Macron, consciente de que los ferroviarios han sido un obstáculo contra el que han chocado sus predecesores durante más de dos décadas, anunció que "irá hasta el final" en su reforma de la SNCF, la compañía pública de ferrocarriles, y aseguró que seguirá siendo cien por cien estatal. El jefe de Estado galo, cerca ya de cumplir un año en el poder, ha iniciado una ofensiva mediática para contrarrestar las críticas de que gobierna para los ricos y de que ha acentuado las desigualdades.