El presidente palestino, Mahmud Abas, desencadenó ayer una oleada internacional de condenas (ONU, EE UU, UE e Israel) tras afirmar el lunes que fue "la función social" de los judíos, y no el antisemitismo, lo que provocó las masacres que sufrieron a lo largo de los siglos, incluido el Holocausto perpetrado por los nazis.

Abas, que ya ha sido acusado en el pasado de antisemitismo por Israel, sugirió que las matanzas perpetradas contra los judíos de Europa se debieron menos al antisemitismo que a su papel en las sociedades, en particular en el sector bancario. "Estos pogromos no tuvieron lugar en las naciones árabes, que tenían comunidades judías", argumentó Abas, cuyas relaciones con Israel se encuentran muy deterioradas, en particular a raíz de la decisión de EE UU de reconocer a Jerusalén como capital del Estado judío.

"Aparentemente, un negacionista continúa siendo un negacionista", tuiteó el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. "Es hora de que desaparezca", añadió. Para el embajador de EE UU en Israel, David Friedman, de origen judío, Abas ha "caído más bajo que nunca". La UE y la ONU fustigaron unas "declaraciones inaceptables sobre los orígenes del Holocausto y la legitimidad de Israel". La UE se manifestó decidida a combatir "todo intento de avalar, justificar o banalizar groseramente al Holocausto". El ministro alemán de Asuntos, Heiko Maas, proclamó: "Estamos comprometidos contra toda relativización del Holocausto" y añadió que Alemania "asume su responsabilidad sobre el más cruel crimen de la historia de la humanidad".

La polémica por las declaraciones de Abas llega sobre el telón de fondo de la creciente tensión a propósito del tratado nuclear con Irán, que ayer se canalizó por dos vías. En primer lugar, y respecto al posible anuncio de salida de EE UU del pacto, que se anunciaría el próximo día 12, tanto la UE como Francia y Reino Unido defendieron la vigencia del tratado, pese a la acusación lanzada el lunes por Israel de que Teherán mantiene "un plan nuclear secreto". Rusia consideró necesario, por su parte, examinar los cien mil documentos probatorios que Israel asegura poseer y comprobar su autenticidad. EE UU respaldó las acusaciones de Israel el mismo lunes.

La voluntad de Francia, respaldada por Reino Unido y Alemania, es ampliar el pacto actual, incluyendo en él aspectos como la duración indefinida de la congelación del programa nuclear iraní (que ahora rige hasta 2025), la prohibición de ensayos balísticos o la limitación de la creciente influencia de Irán en Oriente Medio.

El segundo aspecto de la cuestión iraní deriva de la ruptura de relaciones con Teherán anunciada el martes por Marruecos, que acusa al régimen de los ayatolás de haber financiado, armado y entrenado al Frente Polisario saharaui a través de la milicia chií libanesa Hezbolá. Irán y Hezbolá negaron las acusaciones, mientras que Arabia Saudí se alineó con Marruecos.